miércoles, 23 de enero de 2013

Porque empecé a correr (I)

Pues todo empezó cuando al volver de las vacaciones veraniegas del 2011 mi hermano me empezó a concienciar de lo necesario que era poner remedio al asunto michelín galopante...

Pese a no ser yo muy amigo de los gimnasios, me convenció rápido de que al mes siguiente (Octubre) nos apuntaríamos los dos a uno cercano, y es que yo me había pasado el verano viéndome el flotador campando a sus anchas y algo tenía que hacer.

Hacía 13 años que no hacía ejercicio con regularidad y en ese tiempo había ganado 23-25 kilos. Lo comprobé el día del estreno pesándome por la mañanita (para ver cuanto perdía ese día) y estaba en 88,8 Kg para mi 1,71m, osea, estupendo.

El horizonte se oscureció cuando de camino a la primera sesión comprendí que allí se iba a sudar al darme mi hermano una toalla diciéndome que era obligatorio... yo me hacía cruces.

Durante las sesiones hacía un poquito de musculación en las típicas máquinas y luego me ponía con la bicicleta o la elíptica donde no aguantaba más de 5 minutos, 10-12 si era en la bici y flojita.

Tras las primeras tres o cuatro visitas mis ojos se posaron en una tabla de relación entre edad y ritmo cardiaco máximo que estaba en la bici estática. Me agarré a los soportes para ver la medición y me acojoné cuando ví que en ese preciso instante superaba notablemente la cifra indicada para mis 39 años, no debía superar las 181 pulsaciones por minuto y marcaba 204 ppm. Ya me notaba yo un poco apurado...

Fue a raíz de entonces cuando empecé a pensar que si iba a seguir meneando el cuerpo, surgía la necesidad de hacerme con un pulsómetro. En cuanto leí cuatro cosas sobre el tema entendí que si mi objetivo inicial debía ser bajar de peso, el pulsómetro iba a ser algo imprescindible. Se trataba de hacer ejercicio en el nivel de esfuerzo justo, para quemar calorías/grasa sin matarme más allá de lo estrictamente necesario. Para estar seguro de que no me iba a dar un jamacuco debería haberme realizado un chequeo médico completo, pero la ignoracia es 'asín'..., lo hice unos meses más tarde y estaba todo bien, ahora que... podía no haber sido así.

Tras un mes de Octubre en el que visité el gimnasio en 7 ocasiones, tenía clarísimo que mi estado físico era lamentable. Algo había que hacer y decidí 2 cosas, tenía que empezar ´ya-ya´ aprovechando el empujón de fuerza de voluntad y la actividad estrella iba a ser correr. Nunca me había llamado especialmente la atención, pero como me consideraba jubilado de la bicicleta que había sido mi deporte estrella durante unos años y nunca he sido jugador de futbol/baloncesto/.... pues se me antojaba una forma de ´ver mundo´ muy estupenda donde podía marcarme yo mismo el ritmo a seguir.

.........

Lo dejo por hoy, seguiré en breve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario